jueves, 19 de febrero de 2015

La cara fea de la vida: la misma vida

Esta mañana una persona muy querida para mí, a la cual operaron hace poco, y gracias a eso le salvaron la vida, me ha dicho que estaba muy triste porque debido a los medicamentos y anestesia se le había caído mucho pelo. Mi respuesta ha sido que me alegraba mucho de se le hubiera caído el pelo, porque significaba que no se había muerto.

Me ha parecido una falta de respeto hacia todo lo bonito y maravilloso que tiene la vida, a lo que esta persona me ha contestado, que total, ya que había estado anestesiada se podía haber quedado así...

Esta conversación me ha removido las entrañas. Es cierto que la vida que nos está tocando vivir ES UNA PUTA MIERDA, así sin anestesia y sin nada. No somos faquires para que nos guste dormir sobre una cama de espinas, ni tampoco somos cerditos como para estar revolcándonos en nuestra propia mierda. No hace falta que seamos unos histriónicos de la felicidad y que vayamos por la vida diciendo lo maravillosa que es. NO.

El pesimismo es un mal endémico en nuestros días, ¿quien no se ha levantado alguna mañana y ha dicho "vaya mierda de día"? Todos y cada uno de nosotros. En estos momentos en los que estamos soportando, ya solo nos falta machacarnos a nosotros mismos.

Todo esto no es más que una reflexión en voz alta y que grito al aire porque si lo grito para adentro me ahoga.

Mi padre tenía dos refranes de su cosecha, "Dios aprieta pero no ahoga, pero te deja el cuello hecho un hilo" y dos "la vida es una carretera de curvas, pero tiene jamón a los dos lados".

No se me ocurre mejor conclusión. Con estas dos patas voy tirando y cuando me las repito sonrío porque me acuerdo de él, pues sí que tienen jamón las curvas, sí...

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